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Creemos que Dios te trajo a este país con un propósito. Depende de cada uno de nosotros el tomar el lugar que Él nos ha dado.

Hace tan solo unas semanas salió la película llamada en inglés “A Million Miles Away” que traducida al español se llama “A un millón de millas de distancia”. Es una película que toca las fibras más sensibles de cualquier persona latina que ha migrado a los Estados Unidos. Una película cien por ciento inspiradora, basada en una historia real igualmente inspiradora, y contada magníficamente a través de una óptica inspiradora. No tiene ningún segundo desaprovechado. Nos invitaron a ver una proyección previa. En algún momento, mientras me secaba las lágrimas de los ojos volteé a ver a mi derecha y todos estaban llorando; voltee a ver a la izquierda y lo mismo. Es recomendable desde principio hasta fin.

La película comienza con el difícil momento de la familia de José al dejar Michoacán, México para migrar al país del norte a trabajar en la pizca en la década de 1970. El trabajo del campo en los Estados Unidos parece más un campo de concentración que otra cosa, pero para sobrevivir tanto Jose, como sus padre y hermanos tienen que trabajar

Pero José es inteligente, talentoso y con potencial en la escuela, lo que reconoce su maestra de segundo grado, Miss Young, la cual reta a sus padres a que dejen de viajar para buscar nuevas pizcas y se queden en California para concentrarse en la educación de sus hijos.

“Nada te detendrá, recuérdalo”, le dice Miss Young al apenas un niño de José.

A los 10 años, José descubre que su sueño en la vida es convertirse en astronauta después de ver a Gene Cernan caminar sobre la superficie de la luna. Desde ese momento en adelante, ese sueño no lo deja tranquilo.

Se gradúa, obtiene una maestría en Ingeniería y consigue un trabajo en un laboratorio en el Gobierno. Sin embargo, al parecer su sueño de ser astronauta parece que constantemente lo evade. Año con año manda solicitudes para entrar al programa de la NASA para ser astronauta y es rechazado. Once años consecutivos rechazado.

En medio de todo el esfuerzo, la familia sacrifica lo poco que tienen para ayudarlo de alguna manera: los papas pierden la casa de Michoacan por quedarse y ayudarlo en la escuela; su esposa Adela renuncia a su sueño de abrir un restaurante por apoyarlo, mientras tratan de mantener a una familia de cinco hijos.

“¿Qué tienen ellos que tú no tengas?” le pregunta Adela a su marido después de recibir otra carta de rechazo del programa de la NASA.

¿Qué tienen ellos que tú no tengas?"

Adela HernandezEsposa de José Hernandez

Pero José no se rinde. Va y se presenta personalmente con quién lo ha rechazado por años y le da la carta en persona. En una escena muy sentida, Jose le dice al instructor:

“En el transcurso de los últimos 10 años, cada decisión académica, profesional y personal que he tomado ha sido teniendo en mente el programa espacial. Obtuve mi maestría en ingeniería eléctrica. Ahora soy piloto y tengo más de 800 millas en mi haber. Tengo mi certificado de buceo. Acabo de correr el maratón de San Francisco y puedo hablar ruso.”

“He estado a punto de rendirme después de todos y cada uno de los rechazos. ¿Pero sabe qué, señor? Aquí estoy. Así que puedes rechazarme de nuevo si quieres, pero ten por seguro que estaré aquí de nuevo dentro de un año”.

En 2004, en su doceavo intento, José Hernandez finalmente es seleccionado como candidato a ser astronauta. 

En 2009, su sueño se hizo realidad cuando voló a bordo del transbordador espacial Discovery como el segundo al mando siendo especialista en misiones, marcando su increíble viaje desde los campos hasta las estrellas. Sus padres, su esposa y la señorita Young observan mientras despega al espacio.

La directora de la película, Alejandra Márquez Abella, no le saco la vuelta a describir la cruda realidad de la vida de los trabajadores migrantes en este país. El abuso, las largas horas de trabajo, toda la familia trabajando, y sobre todo, la descriminación que se sufre debido a los prejuicios sociales y raciales que vive José. Todas estas están representadas en el largometraje.

Pero ni las dificultades ni el éxito es el tema central de la película. Son las personas que lo rodean. Los que sacrifican todo y apoyan a José para no rendirse y renunciar a su sueño a pesar de los desafíos que la vida le presenta.

Aunque no es una película basada en la fe, es una historia de fe en sí misma, llena de sacrificios, valores familiares y la garra para perseverar y nunca renunciar. “La tenacidad es un superpoder”, le dicen. 

Es una película para toda la familia sin necesidad de contenido sexual, lenguaje vulgar o violencia.

Esta película, así como otras que tratan el mismo tema y que han salido en las semanas recientes, surge en medio de una realidad en la que estamos viviendo en los Estados Unidos. Los números arrojan que los Latinos pronto seremos la mayoría en este país. Por un lado es muy alentador saberlo, pero por el otro, es aterrador pensar que no estamos lo suficientemente preparados, no creemos lo suficiente en nosotros mismos o no nos arriesgamos a incrustarnos en la cultura por nuestros propios miedos.

“A Million Miles Away” nos recuerda que no nos debemos rendir. Nos recuerda que los sueños, sacrificios, el trabajo duro, la persistencia y la perseverancia a la larga tienen su recompensa. Que la fe y la familia son de las cosas más importantes en la vida.

La pregunta que resuena en mi mente después de verla es “¿Qué tienen ellos que tú no tengas?”. Cada uno debemos de responder con honestidad y valor esta pregunta al vivir en los Estados Unidos.

Por último, una frase que repetimos es está: “Chile que no pica, Chile que no sirve”. Si Dios te trajo a este país es con un propósito. 

“A Million Miles Away”, esta disponible en Amazon Prime Video.